18.8.07

Santo Domingo se inunda

Ya no basta con salir preparado con la sombrilla en tiempos de lluvia, también hay que tomar cursos de evadir o saltar grandes cúmulos de agua cuando sea necesario.

Cuando llueve, no importa si se anda en carro o a pie, la vida se nos complica y no por la lluvia exactamente, sino por los charcos que se forman en las calles de Santo Domingo.

Ya sea por descuido o por la mala planificación de su construcción, los alcantarillados de la ciudad no aguantan ni una llovizna, ya que al poco rato están inundados. Estos charcos se ven tanto en calles residenciales como en las principales avenidas de capital como las avenidas Máximo Gómez, Luperón, Lincoln, Churchill y 27 de Febrero.

Las incomodidades comienzan con los tapones, y nunca falta aquella expresión atónita de quien lo “enchumba” de agua sucia una jeepeta que pasa a millón por un charco. En las calles sin pavimentación, la experiencia es aún más traumática.

Los encargados estatales de desarrollar, ejecutar y mejorar una planificación del alcantarillado de la ciudad son el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), que se encarga de mantener los drenajes de las calles, y la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones (SEOPC), que se encarga de corregir las imperfecciones,pero estos carecen de políticas eficientes.

Pero no todo es culpa de las autoridades, o al menos no siempre. Con frecuencia vemos cómo la basura obstruye los ductos del alcantarillado, haciendo que el agua no pueda fluir de la manera adecuada y se estanque. Al tirar los desechos en el contén y no en los contenedores, estamos empeorando la situación. No es sólo un asunto de limpieza, es más de conciencia social. Por herencias trujillistas el dominicano está acostumbrado a que el gobierno sea un Todopoderoso que resuelva los problemas.

Si es cierto que el Estado debe incluir en su agenda soluciones a este problema, no es menos cierto que debemos tomar conciencia sobre nuestra propia responsabilidad, porque la ciudad no es sólo de los políticos y de los que se agencian los cargos con promesas que dejan sin cumplir, es de todos.

Elaborado por

Mirada Urbana