Sentado en su banco habitual, bajo un frondoso árbol, mirando al horizonte encontramos a don Francisco. Con 58 años no ha perdido el deseo de seguir ofreciendo su trabajo al país. Después de ser guardia por varios años, perdió una pierna en el ciclón George, pero eso no fue razón para aplacar su espíritu de trabajo. Allí está en el Parque Colón vendiendo sobreros sin prisa, sin alarde, al ritmo que ellos quieran venderse. “Esta es mi área”, asegura ese “ejemplo de trabajo”, como los catalogan sus compañeros, por los 28 años que lleva en la Zona Colonial.
Esta es sólo una de las historias que se encuentran en el Parque Colón, además de la Catedral Primada de América, cuatro ficus llenos de antigüedad, la estatua de Colón señalando al Norte y las palomas que alegran el entorno. Con más visitantes en las temporadas altas, pero nunca olvidado en las demás épocas; extranjeros y dominicanos acuden al parque simplemente a sentarse en los bancos o a dar de comer a las palomas. “Podría pasar el día entero aquí” afirma uno de sus visitantes.
Con restaurantes, tiendas y el primer ayuntamiento de Santo Domingo a su alrededor, el Parque Colón “es el punto central de la Zona Colonial” dice, Antonio Mejía, guía nacional. Esta localidad es el pie, aquí se inicia la construcción de la ciudad amurallada.
No obstante, hace unos mese la belleza del Parque Colón se ha visto irrumpida por unas remodelaciones que están haciendo en sus áreas verdes. Las cuatro áreas están llenas de zanjas sin terminar. En estos arreglos, también se quitó la antigua fuente de las palomas y en su lugar, ahora, se encuentra una tapa que hace la misma función. El ayuntamiento, explica que están instalando tuberías para colocar regadíos para el césped y restaurar el alumbrado. El proyecto, sin embargo, no responsabilidad de ellos.
Hay personas que son tan viejas asistiendo al lugar que ya tienen su sitio fijo.
Los trabajadores del lugar aseguran que esos trabajos ya tienen cuatro meses sin señales de terminar. Pero el problema está, en encontrar el responsable directo de la obra.
Un poco más
Una de las características que relucen en el parque es su organización. Las personas que trabajan en esta área tienen colores que los identifican: los vendedores usan el rosado, los guías van de azul y los taxistas de verde. Sólo los limpiabotas son la excepción, ya que en su mayoría son niños. Así mismo, hay trabajadores que son tan viejos asistiendo al lugar que ya tienen su sitio fijo. Un señor que limpia zapatos tiene un banco, don Francisco también tiene el suyo.
“Las personas vienen porque hay seguridad”, dice don Francisco. Sus visitantes coinciden en que este es un lugar tranquilo. La seguridad es buena, en días normales tenemos tres policías, pero en cuando hay alguna actividad se incrementa, explica Castillo G., seguridad de la plaza.
El Parque Colón es un parque muy tradicional. Es un lugar que mezcla mucha gente diferente, dice Signa de Rosario, arquitecta. El ayuntamiento del Distrito Nacional y Plaza de la Cultura, además, realizan una serie de actividades en el Parque, tardes infantiles, exposiciones de artesanos, teatro de calle y bailes folclóricos, que contribuyen a llamar la atención de los ciudadanos.
Cómo surge
Elaborado por
Mirada Urbana
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